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lunes, diciembre 13


el suicida estaba aún con vida minutos después del estallido y llevaba consigo las pruebas de su barbarie. el temor a un estallido al parecer impidió una más rápida intervención médica
El atentado fallido del sábado en Estocolmo ha vuelto a despertar en Europa los miedos que desde hace tiempo parecían confinados. Las autoridades suecas se preguntaban ayer si se trataba de un atentado aislado o si esta explosión que causó la muerte del terrorista suicida forma parte de una ofensiva planificada para extenderse en el tiempo o en el espacio. Aunque según los primeros indicios parecería tratarse de un individuo solo y mal preparado, los servicios de inteligencia suecos, Säpo, no han privilegiado todavía ninguna hipótesis. «Desgraciadamente, no tenemos respuestas para todas las preguntas» tuvo que reconocer ayer mismo el primer ministro conservador, Fredrik Reinfeldt que ha calificado este hecho de «indeseable e inaceptable». La ministra de Justicia, Beatrice Ask, ha dicho que la policía sueca no tenía ningún indicio de que el país estuviera en el punto de mira del terrorismo yihadista y que por ello pedía a los suecos que esperen los resultados de la investigación «antes de sacar conclusiones precipitadas».
La noticia conocida ayer tarde de que una página web islamista llamada «Choumoukh al islam» ha identificado al autor del atentado como Taymour Abdel Wahab y ha publicado una foto suya enmarcada en un fondo de bucólicas praderas verdes —como la iconografía extremista se imagina el paraíso de los musulmanes— no ha sido confirmada por fuentes oficiales, pero el rastreo del nombre en internet dio pronto con otros detalles de una persona de 29 años, nacido en Irak, que había estudiado en Gran Bretaña y que se trasladó a Suecia en 1992. Sus fotografías en las páginas de citas para musulmanes donde estaba buscando una segunda esposa coinciden con las imágenes del rostro del autor de la explosión.
Taymour Abdel Wahab
De hecho, el terrorista suicida aún estaba vivo cuando llegaron los primeros testigos al lugar de la explosión y su rostro era perfectamente visible a efectos de una posible identificación. De modo que, por lo que se sabe, el hombre que el sábado hizo explotar su coche primero en una zona comercial de la capital sueca y luego caminó 200 metros hasta que estalló el explosivo que llevaba adherido a su cuerpo, tenía al parecer una página en Facebook en la que escribió frecuentes menciones a la guerra de Irak, Afganistán y a la prisión de Guantánamo. Y había declarado su intención de establecerse en un país árabe. Según algunos datos publicados en internet, el coche estaría a su nombre y él habría trabajado en la zona como hombre-anuncio de un restaurante de pescado.
El mensaje enviado a la policía sueca antes de cometer el atentado era en cualquier caso muy explícito en cuanto a sus intenciones de hacer que los suecos padezcan «lo mismo que nuestros hermanos» y que se dirigía «a todos los muyaidines de Europa y de Suecia: Ahora es el momento de atacar, sin esperar más. Levántate con lo que tengas, incluso si es un cuchillo, y sé que tenéis más que cuchillos. No temas a nada ni a a nadie, ni a la cárcel ni a la muerte».
Según el Centro Europeo de Seguridad e Inteligencia Estratégica (ESISC), el pasado mes de octubre el Gobierno sueco ya había incrementado el nivel de alerta contra actos de terrorismo islámico de «bajo» a «elevado» y el Säpo estrechó el cerco a los grupos más activos que puedan tener su área de acción en Suecia, aunque según la alerta no existían indicios de que un ataque así fuera «inminente».
A pesar de la neutralidad del país, el ejército sueco contribuye con medio millar de soldados a las operaciones militares de la OTAN en Afganistán, aunque la renovación del mandato para esta misión debe ser revisada por un voto del Parlamento el primero de enero próximo.

El lobo solitario o el esbirro

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