Álvaro Riveros Tejada
Con genuino agrado y orgullo hemos conocido que nuestro compatriota y amigo Don Mauro Bertero Gutiérrez, Embajador de la Soberana Orden de Malta, ha sido designado Coordinador del Comité Directivo de dicha Orden, con sede en Roma, con el objeto de impulsar un proceso de reforma constitucional de ese cuerpo que, desde 1994 forma parte de la Organización de Naciones Unidas, expresamente invitada por la Asamblea General a participar en sus períodos de sesiones, en calidad de observador, para cuyo efecto la Orden nombró un representante con rango de embajador, ese mismo año.
La Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta -mejor conocida como Orden de Malta- es una de las instituciones más antiguas de la civilización occidental y cristiana. Fundada por el beato Gerardo en el siglo XI en Jerusalén, es una orden religiosa laica con más de 900 años de historia al servicio de los pobres, los enfermos y los peregrinos, sin importar su raza o su religión.
Su desempeño en Bolivia consiste en la donación de tratamientos quirúrgicos, equipos radiológicos, ecógrafos portátiles, instrumental médico, alimentos y enseres a instituciones dedicadas a brindar asistencia humanitaria a los más pobres y necesitados, así como la administración de centros médicos para enfermos renales -ofreciendo tratamientos de hemodiálisis para personas de bajos ingresos-, centros de investigación y prevención de la diabetes, asistencia para enfermos terminales y colaboración en la gestión de hogares de ancianos, centros psiquiátricos y casas para la tercera edad.
Asimismo, la Orden apoya programas de desarrollo agrícola sostenible en las zonas rurales y ofrece becas de formación educativa para fortalecer liderazgos femeninos en comunidades campesinas. En estrecha cooperación con Caritas Bolivia – Pastoral Social, la Orden ha financiado programas de promoción económica para unidades familiares en varios distritos de la ciudad de El Alto.
Neutral, imparcial y apolítica, la Orden de Malta permanece fiel a sus principios inspiradores como: dar testimonio de la fe católica y servir a los que sufren, llevando el bálsamo reconfortante de la caridad cristiana a los pobres, los enfermos y los olvidados de todo el mundo.
Allanando cualquier suspicacia surgida por la participación del Santo Padre en dicha congregación, el embajador Bertero expresó su gratitud al Papa Francisco por el nombramiento de monseñor Angelo Becciu, como su “Delegado Especial ante la Orden”, significando con ello su apoyo y compromiso de trabajar en “estrecha colaboración” con el jefe de la Cofradía, a fin de desarrollar juntos “un estudio en vista de la oportuna renovación de la Constitución de la Orden”.
De ahí nuestra complacencia con tan merecido reconocimiento a nuestro caro compatriota y amigo Bertero por su desinteresada y fructífera labor ya que ella, lejos de estar sujeta a prebendas o viáticos muy comunes en el desempeño de la función pública, es cubierta por su propia hacienda, lo que la convierte en una verdadera empresa ad honorem, o quijotesca como se la quiera llamar, haciendo de su gestor un verdadero caballero andante de Malta.
Con genuino agrado y orgullo hemos conocido que nuestro compatriota y amigo Don Mauro Bertero Gutiérrez, Embajador de la Soberana Orden de Malta, ha sido designado Coordinador del Comité Directivo de dicha Orden, con sede en Roma, con el objeto de impulsar un proceso de reforma constitucional de ese cuerpo que, desde 1994 forma parte de la Organización de Naciones Unidas, expresamente invitada por la Asamblea General a participar en sus períodos de sesiones, en calidad de observador, para cuyo efecto la Orden nombró un representante con rango de embajador, ese mismo año.
La Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta -mejor conocida como Orden de Malta- es una de las instituciones más antiguas de la civilización occidental y cristiana. Fundada por el beato Gerardo en el siglo XI en Jerusalén, es una orden religiosa laica con más de 900 años de historia al servicio de los pobres, los enfermos y los peregrinos, sin importar su raza o su religión.
Su desempeño en Bolivia consiste en la donación de tratamientos quirúrgicos, equipos radiológicos, ecógrafos portátiles, instrumental médico, alimentos y enseres a instituciones dedicadas a brindar asistencia humanitaria a los más pobres y necesitados, así como la administración de centros médicos para enfermos renales -ofreciendo tratamientos de hemodiálisis para personas de bajos ingresos-, centros de investigación y prevención de la diabetes, asistencia para enfermos terminales y colaboración en la gestión de hogares de ancianos, centros psiquiátricos y casas para la tercera edad.
Asimismo, la Orden apoya programas de desarrollo agrícola sostenible en las zonas rurales y ofrece becas de formación educativa para fortalecer liderazgos femeninos en comunidades campesinas. En estrecha cooperación con Caritas Bolivia – Pastoral Social, la Orden ha financiado programas de promoción económica para unidades familiares en varios distritos de la ciudad de El Alto.
Neutral, imparcial y apolítica, la Orden de Malta permanece fiel a sus principios inspiradores como: dar testimonio de la fe católica y servir a los que sufren, llevando el bálsamo reconfortante de la caridad cristiana a los pobres, los enfermos y los olvidados de todo el mundo.
Allanando cualquier suspicacia surgida por la participación del Santo Padre en dicha congregación, el embajador Bertero expresó su gratitud al Papa Francisco por el nombramiento de monseñor Angelo Becciu, como su “Delegado Especial ante la Orden”, significando con ello su apoyo y compromiso de trabajar en “estrecha colaboración” con el jefe de la Cofradía, a fin de desarrollar juntos “un estudio en vista de la oportuna renovación de la Constitución de la Orden”.
De ahí nuestra complacencia con tan merecido reconocimiento a nuestro caro compatriota y amigo Bertero por su desinteresada y fructífera labor ya que ella, lejos de estar sujeta a prebendas o viáticos muy comunes en el desempeño de la función pública, es cubierta por su propia hacienda, lo que la convierte en una verdadera empresa ad honorem, o quijotesca como se la quiera llamar, haciendo de su gestor un verdadero caballero andante de Malta.
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