Volviendo a mis diálogos con mi corresponsal en el Palacio Real de la Plaza Murillo, le pregunté si en esa vieja casona servían mate de coca a las autoridades un poco reacias para atender los muchos problemas que confronta este país, como la elevación de la tarifa de luz, el auge de cocaína no solo en el Chapare sino también en todas las regiones del territorio nacional.

La periodista palaciega me confesó que nunca le habían ofrecido la hoja milenaria que alimentó al Imperio Incaico, y que no la habría probado a no ser que le hubiera sobrevenido un ataque de amor a la coca que drogó hace quinientos años a los antepasados de los quechuas y aymaras.

Conversando sobre el tema, la sagaz periodista no pudo evitar una sonrisa al comunicarme que el Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, encargado de ejecutar la política de Evo en las zonas cocaleras se llama nada más ni nada menos que Cocarico, lo que demuestra la gran astucia del Presidente Vitalicio para designar a sus principales colaboradores; si el Ministro de referencia apellida Cocarico, ¿cómo podrá éste, dirigir la lucha contra las plantaciones excedentarias de coca no sólo en el Chapare sino también en poblaciones como Cocapata, Colomi, Pocona, Pojo y Tiraque?

Pintorescamente, el Ministro de Gobierno, Carlos Romero, reconoció que los resultados en la erradicación de coca bajaron considerablemente por lo cual Macacha y yo nos preparamos para asumir la responsabilidad de ser hijos de esta nación campeona en la producción de la Pichicata; sabemos que al viajar al exterior las aduanas de todos los países nos meten los dedos hasta en nuestras orejas al saber que provenimos de un país sembrado de coca por todas partes menos en el lago Titicaca, con cuyo nombre tampoco estamos muy contentos.

No podemos pasar por alto las declaraciones del Presidente Vitalicio en Nicaragua, donde viajó el último fin de semana para estar más cerca de los países del Alba, y así evitar la condena unánime contra la dictadura del señor Maduro, quien es muy diferente a Evo, porque él todavía está muy verde y tiene mucho aún que caminar para “madurar” políticamente, aunque sentimentalmente está bastante trajinado. En Managua dijo el mandamás boliviano que “la coca ha crecido un poquito, frente a crecimiento de otros países”.

Ojalá podamos evitar el consumo masivo de todos nosotros los que todavía no consumimos droga (o la hoja) y que no tengamos que afrontar la delincuencia que viene de la mano, como ser los carteles extranjeros, que están felices con el aumento de la producción de coca en todo el país.

Por lo dicho, Macacha lamentó el crecimiento de la coca en Bolivia ante la respuesta casi placentera de la máxima autoridad.