De luto, Suecia debate sobre su política de expulsiones


Sesenta minutos de silencio: tras el atentado de Estocolmo, la vida pública sueca quedó paralizada durante un minuto de recuerdo y homenje a las víctimas este lunes a las 12 del mediodía. Bajo un cielo nublado, muchos se reunieron alrededor del lugar del ataque y de la alcaldía capitalina, donde las banderas con los colores nacionales, azul y amarillo, ondeaban a media asta.

En una ceremonia fúnebre en un parque adyacente, se esperaban las palabras del primer ministro Stefan Löfve. Ya hubo otro minuto de silencio y concentración masiva similar este domingo, a las 2:53 de la tarde, hora local del atentado del viernes (7.04.2017). Este lunes, se celebrará también una ceremonia fúnebre.

El rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, y la reina Silvia se unieron al homenaje.
“Que alguien asuma la responsabilidad”
Mientras, el debate público y las investigaciones policiales continúan su curso. Después de que el domingo se conociese el principal sospechoso del atentado, un uzbeko, debía haber sido expulsado del país al denegársele el permiso de residencia, se ha desatado un debate sobre la implementación de la política de expulsiones.

“Si los datos que hemos recibido sobre esa persona son ciertos tendremos que pedir que alguien asuma la responsabilidad. Sobre todo desde el Gobierno”, afirmó la noche del domingo el líder de los populistas de derechas Jimmie Åkesson.

“Amor para todos, odio para nadie”, con este tipo de mensajes, Estocolmo recordó a las víctimas este domingo 9 de abril.
“Frustrante”
El presunto autor del ataque con un camión, que dejó cuatro muertos y 15 heridos, solicitó en 2014 el permiso de residencia en Suecia pero se le denegó en 2016. En diciembre pasado se le notificó que tenía cuatro semanas para abandonar el país, pero desapareció en febrero, cuando la policía empezó a buscarle.

El primer ministro sueco, Stefan Löfven, llamó el domingo a que se mejoren los mecanismos de deportación y calificó de “frustrante” que las autoridades no fuesen capaces de expulsar al sospechoso. La denegación de un permiso permanente de residencia o de asilo debe traducirse en la salida del país de la persona afectada, dijo el mandatario.

En Estocolmo, como en Berlín
“Tenemos que mejorar las posibilidades para garantizarlo”, afirmó, señalando que es algo clave para mantener la confianza en el sistema de asilo. Según las autoridades fronterizas suecas, en el país nórdico se busca a 12.000 personas a las que les fue rechazada la solicitud de residencia.

También el hombre que en diciembre atacó con un camión en un mercado de Navidad de Berlín, el tunecino Anis Amri, había sido calificado como potencialmente peligroso por las autoridades y contra él se había emitido una orden de expulsión del país que finalmente no fue cumplida.