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lunes, diciembre 7

El importante diario La Nación de Baires se pronuncia afirmando "es el turno del planeta"

A partir de hoy hasta el 18 del actual se realizará en Copenhague la 15» Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (conocida como COP15), en la que se reunirán ministros y funcionarios de 190 países a fin de llegar a un nuevo acuerdo que establezca obligaciones para la reducción de emisión de gases de efecto invernadero (como por ejemplo el CO2), en razón de que hasta el momento rige el Protocolo de Kyoto, pero éste expira en 2012.

Hay que recordar que han transcurrido 12 años desde que los países industrializados se comprometieron, en la ciudad de Kyoto, a llevar a cabo las acciones necesarias para reducir los gases de efecto invernadero. Tomando como referencia los niveles de 1990, pactaron reducir en un 5 por ciento las emisiones contaminantes. La Argentina también ratificó el acuerdo, sin perjuicio de no estar obligada por éste.

Más adelante, en 2005, los países miembros se reunieron en Montreal, donde se creó el Grupo de Trabajo Especial sobre los Futuros Compromisos de las Partes del Anexo I en el marco del Protocolo de Kyoto, orientado a los acuerdos que se firmarían después de 2012.

Asimismo, en diciembre de 2007, esta vez en Bali, las partes se reunieron nuevamente y llegaron a un acuerdo que se llamó Plan de Acción de Bali, que se regía por las siguientes consignas: mitigación, adaptación, finanzas y tecnología.

Por ello, y a raíz de lo que viene ocurriendo en el marco internacional, se tratará en la COP15 de llegar a un acuerdo a fin de avanzar en la reducción de los gases de efecto invernadero, que incluya como elementos de debate el respeto por el medio ambiente, la calidad de vida y la seguridad del suministro de energía en el largo plazo.

Sería auspicioso que los países que participen de la COP15 puedan debatir abiertamente y llegar a un pacto que los lleve a asumir un nuevo compromiso que sea para todos ellos vinculante, entendiendo que la solución del problema del cambio climático depende de las decisiones que ellos tomen en este tipo de reuniones.

No se trata solamente de un convenio que establezca límites para reducir emisiones de gases efecto invernadero para el período posterior a 2012. Es imprescindible que en este acuerdo se pueda vislumbrar un futuro para el planeta. Por eso, este nuevo pacto de convivencia que permita condiciones de vida para las futuras generaciones es, fundamentalmente, un acuerdo ético. Los e-mails de científicos divulgados recientemente, en los que parece ponerse en controversia que el calentamiento terrestre sea obra de la acción del hombre, no tienen entidad suficiente para frenar la toma de importantes decisiones.

Sin un cambio de visión sobre nuestra relación con la naturaleza, seguiremos pensando que los problemas ambientales requieren solamente soluciones técnicas: los mismos paliativos que nos han llevado hasta el estado actual. Se necesita una visión de la sustentabilidad, un paradigma que internalice una realidad que algunos se niegan a admitir: el planeta tiene límites y los recursos naturales son finitos. Y la violación de esos límites, consecuencia de las actividades humanas, está poniendo en riesgo, por lo menos, la calidad de vida en la Tierra. Copenhague es una oportunidad para el futuro del planeta y de la humanidad.


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