Cómo no alegrarse con la más reciente promesa del Gobierno de premiar a los cien mejores graduados de las universidades del país con becas en las 30 instituciones más prestigiosas del mundo, entre ellas Harvard, Stanford, Yale, Princeton y otros nombres que erizan la piel a cualquiera que busque el progreso académico.
Los directivos de esas casas de estudio deben estar muy satisfechos de haber sido elegidos por un gobierno socialista, cuyo líder ha recibido decenas de títulos honoris causa de universidades que lamentablemente no figuran en la lista en cuestión, como tampoco aparecen nombres de Cuba, Venezuela o Nicaragua.
Ellos estarán gustosos de aportar para que los profesionales bolivianos conozcan mejor el liberalismo y sean capaces de conducir las ideas de la libre iniciativa y el mercado.
Lo que no saben es que los futuros becarios ya tienen el destino marcado por el Estado Plurinacional y consiste en trabajar en una de las empresas públicas donde no se puede ganar más que el presidente Morales. De cualquier forma se trata de una excelente noticia. Ojalá sepan elegir a los postulantes y que no se rija todo por el color político y de la piel.
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