Cuando llegamos a Suecia en Agosto de 1981 luego de la detención arbitraria y el exilio a que nos sometió la dictadura de Luis García Meza en Bolivia, no teníamos idea alguna de lo que éste personaje significaba para el pueblo de Suecia. Con el tiempo hemos ido entendiendo su rol, que en realidad es decorativo, de Relaciones Públicas e imagen del Reino para dentro y fuera, aunque conserve su honorífico título de "Jefe de Estado" y ejecute ciertas tareas concretas, como la inauguración del período legislativo año tras año o la formalización del nuevo equipo de gobierno después de las elecciones cada cuatro años, la recepción de los Embajadores que se acreditan ante Suecia y los viajes por todo el mundo, generalmente en reciprocidad de otras tantas visitas recibidas.
Poco a poco nos acostumbramos a ver en la televisión, unas pocas veces por año al Rey y su familia la Reina Silvia, sus hijos Victoria, Felipe y Madelaine, en ése orden de sucesión. A diferencia de otras Cortes la familia real en Suecia tiene un comportamiento sobrio, al amparo de los escandaletes que son típicos en otros reinos como el de Inglaterra, mucho más conservador y con mayores poderes que el de Suecia. El pueblo de Suecia, acepta en general la existencia de esta familia, por los valores de tradición e historia que representa y disfruta de su desarrollo y crecimiento, aunque el porcentaje de los que se oponen a la monarquía acusa subidas y bajadas se mantiene una constante de aceptación, siempre y cuando el Rey no se inmiscuya en la política y signifique un modelo a seguir en cuanto a unidad, fraternidad, tolerancia y beneficencia con los necesitados.
Hoy 30 de abril, el Rey Carlos Gustavo XVI, cumple 61 años de vida, por cuya causa los diarios de Suecia y de Escandinavia y las casas reales con las que está emparentado que son casi todas las de Europa, se ocupan del tema.
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